Después de un pequeño tropiezo, un hiperbólico sentimiento de fracaso invadió mi ánimo.
Quería consuelo, el consuelo de ver la ciudad desde lo alto del puente cerca de mi casa, la ciudad entera, sus luces y sus pequeñeces.
Luego comenzó a lloverme.
... correr a casa y cambiarme, taparme las sábanas y quedarme dormidita en mi cama con todo eso encima carcomiendome... No
ya estoy bajo la lluvia con mis penas y sin consuelo y sin paraguas. Quizá con la lluvia ellas se deslaven...
Parecía una autentica vagabunda bajo la lluvia y con toda la ropa pegada al cuerpo, el rimel corriendose y las piernas caminando sin rumbo...
Correré, tal vez me caiga...
Que buen baño.
Un buen café y unas finas esperanzas de un buen sueño...
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