Saturday, March 21, 2009

"La mujer que siempre llega tarde a trabajar"


La semana ha terminado. Con un viernes que llega a rematar una
estresante semana escolar que ha dejado la cabeza de esa mujer enmarañada
de absurdos. Absurdos como el dinero, la familia, el futuro, la
sobrevivencia, las extrañas relaciones humanas; esas cosas absurdas que
nos mantienen ocupados mientras evitamos lo único inevitable en la vida
humana. "Ese trapo sucio" llamado tiempo sigue transcurriendo con sosiego
que hace a la mujer doblarse de desesperación.
Mientras dormita en su cama, en su memoria aún quedan trozos esparcidos
de una charla amena con esa chica española que estudia Historia del arte
y que por azares del misterioso destino ahora es integrante del proyecto
escolar que esa mujer dirige y que a las 8:30 am del sábado sigue en la
cama pensando que quiere quedarse ahí todo el día.
Los trozos esparcidos de memoria semanal siguen dandole vueltas; el
proyecto escolar, la charla con la chica española, la odisea en el metro,
la entrevista con ese señor engordado de dinero, la lechuga que le costó
61 pesos, los 90 de cambio que se le olvidaron en la biblioteca, los
correos de amenazas y ofensas por levantar la voz, la renuncia de sus
correligionarios al movimiento,
el inesperado abrazo que le dió a su padre después de tanto
y tantos años, el eterno sentimiento de orfandad, su changuito Buba al que
duerme abrazada, la foto de Jim Morrison en su pared, el despertador que ha
sonado más de 3 veces y que está a punto de arrojar por la ventana.
Son más de las nueve y si no sale en 15 minutos llegará tarde al trabajo,
otra vez. Y es que si no mantiene su trabajo, sus ingresos serán nulos...
lo cual se ha quedado a pensar con detenimiento pues esa ficción social
que no habla pero que dice grocerías (el dinero)es en realidad el origen de
lo absurdo en su vida humana. Si pierde su trabajo, perderá también la
escuela, dejará de gastar en lechugas carísimas, dejará de olvidar su cambio
dejará el movimiento subversivo, dejará de viajar en metro, dejará de llegar
tarde al trabajo... Pero se pregunta esa mujer azul si desaparecerá así el
eterno sentimiento de orfandad, desaparecera ese trapo sucio llamado Tiempo,
desapasrecerá la prepotente imagen de su padre, aparecerá en el mundo
de donde vino a lado de ese alguien que aún no ha aparecido y que si lo
hizo se volvió a ir?. La respuesta a todo eso era un rotundo NO.
Encendió el radio, apagó el despertador, mandó correos, hizo unas llamadas,
concertó citas, tomó un baño de agua fría y se fue al trabajo. Su vida cotidiana
está salvada. Pero ha llegado tarde a trabajar, otra vez.

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