Saturday, March 7, 2009

Enemigo imaginario (Mr. Time)

Y sigue marchando. Siempre tan formal y serio, siempretan firme y estricto, tan insensible, tan incansable, tan sin demoras, tan Tiempo. Y sigue su marcha sin calma pero sin prisa. Se le escucha al borde de una bomba demencial: Tic-Tac, Tic-Tac, Tic-Tac.
Tic-Tac hasta la eternidad; un Tic-Tac que se ha vuelto otra clase de silencio. Un silencio que se escucha de vez en cundo tratando de cantar con la voz monótona al compás del verdadero silencio. Es un soldado que no se inmuta ¿cómo podría yo llevarme bien con tal Señor de raro carácter con pretenciones de dominio?
Me impresiona su disciplinado andar pero es imposible seguirle el paso. Muero de ganas por ver al Señor Tiempo enloquecido, bailar con él una pieza en un espacio lúdico lleno de retardos y destiempos. Muero de ganas por besarlo apasionadamente, robar su Tic y enterrar su Tac en lo más profundo de la tierra.
Pero como espejismo el Sr. tiempo y mis sueños con él se desvanecen, incansable ahí va paralelo a mi vida; nunca me voltea a ver y yo por más que trato de ignorarlo más crecen mis ganas de asesinarlo con un beso.
¿será que no es real?... Su ser es imposible, sólo una invención de la razón puede asemejarse a ese soldado que me hace pensar en lo que ya no es
y en lo que posiblemente nunca será; y olvidarme en ocasiones del travieso instante que por momentos parece camuflagearse con el señor que de soldado viste...
¡o será que yo soy el instante que se inventó a su enemigo para no anularse!?

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