Monday, November 2, 2009

¿mi sueño?


Irme lejos
largarme un día de ésa casi-casa
de ese mal intento de hogar
largarme con todos mis cabellos,
mis dientes
y todos mis dedos;
mis errores, aciertos y rencores;
largarme de una vez y para siempre.

Berrinche número 14.

Mientras contemplo la idea en mi almohada, se ve salir una hormiga cargando un terrón de azúcar de bajo de mi cama. ¿A dónde irá?, me pregunto; y la sigo con la mirada
durante mucho tiempo. Se le ha caído más de dos veces e insiste...
¿En ese milimétrico ser cabe más voluntad que en este ser?
Me quedé dormida.
Una vez en mi sueño, experimenté las dimensiones de mi cuarto desde la perspectiva de una hormiga, la ligereza de mis patitas y el peso de esa gran roca azucarada...

Supe entonces que ni esos cabellos
ni esos dientes
y dedos y rencores
me pertenecían.
Todo eso se reducía a un pequeño terrón de azúcar.

1 comment:

Juan Carlos Téllez said...

Las hormigas pueden levantar hasta diez veces su peso (dicen) cuánto más pesan tus dificultades . . .


Buena inspiración la que te dio ese ser tan pequeño