Sunday, February 22, 2009

Un día de repente se hizo la nada


Un dia de repente se hizo la nada
02-nov-2008 17:31

Una tarde de octubre nublada mas un lúcido recuerdo de la luna de octubre que habían estos ojos contemplado hace unos dias, más: el viento frío que despeinaba a las personas que pasaban muy abrigadas frente a la parada de autobuses en la que me quedé por más de dos horas, haciendo lo que me es inebitable: pensar, pensar y repensar. Y el siguiente paso se trataría de deambular por las calles "Imaginación" esquina con "Idealismo" por la Colonia "Revolución". Sentada en una fría parada de autobuses, con la nariz roja, los ojos cristalinos y esa espantosa chamarra casi-blanca que hizo juego por un rato...un largo rato, con mi mente, blanca, casi-blanca. El otro pedazo de tiempo lo desperdicié (haciendo lo que me es inebitable) pensando again and again and again... saqué una hoja y una pluma dibujé rostros detrás de un tickett de superama pero mi mano se aferraba a manchar la hoja con letras, palabras después, que empezaron con un sinsentido y que terminaron por exprimirle una pequeña lágrima a los cristalinos pero secos ojos con los que veía pasar a la gente durante largos minutos... más un ligero hueco en el estomago dieron como resultado, La Nada:

palablas =Configuración = complea confución

El "por qué", aún más el "para qué" Son imposibles de certeza. Dudar, dudar de todo hasta no encontrar nada más de lo que se pueda dudar, Descartes.Reducción al absurdo.
Beckett, la vida y los modos de sobrevivencia, un absurdo; la espera....espera, ¡¿espera de qué?!. De la muerte?, la muerte natural...Sócrates: aprender a vivir para aprender a morir.
Aún me resuena un "para qué?"
La interrogante existencial otra vez. La beckettiana interrogante de nuevo acompañada de helados pensamientos rotos. No podía prestarme a mi barata filosofía... cambié el rumbo y me encontré el camino que llevaba a mi barata literatura:
...había volteado a la derecha pensando que talvez había alguien observandome ahí en la esquina oscura de donde, sin embargo, salía una pequeña luz. Había imaginado en ese momento a un moustro entristecido, pensé en ayudarlo, creía que sufría y que quzá yo podría ayudarlo.
Un mousttro triste no puede ser tan malo. Sólo mi imaginación quería un moustro entristecido pero lo que había en aquella esquina solo era una luciernaga feliz, feliz de su luz encendida. Feliz entre la nada. Me detuve por un momento a reflexionar sobre mi deseo inconsciente de volver a ver un moustro entristecido cuando la lucesita se movió con lentitud hacia mi nariz. Buscaba una respuesta, una luz y la luz ahora"estaba en mis narices"... Se fue y el soplo de sus aleteos se sintió como un reclamo breve y casi silencioso pero contundente en su reclamo. Se fue y dejó aquella esquina oscura de nuevo aquella Nada sin nada.
Preguntándome el para qué de las cosas y convencida, ya en ese momento, de que todas misrespuestas se trataban de una mentira intelectualosa seguía sentada ahí inmersa en la nada, sin luz. Sin luz alguna pues la oscuridad de aquella esquina se expandió en todo el espacio de la hoja y del lugar donde me encontraba. Un espacio deshabitado, un lugar oscuro sin esquina, sin esquinas, sin luciernaga, sin reclamos de luciernagas, sin moustrosentristecidos, sin soplos, sin lucesita, sin Nada...

Me había quedado dormida con los ojos abiertos en esa parada de autobuses durante más de dos horas sólo para descubrir que la Nada no es más que un sentimiento.

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