Ven

Me... me... me... deshago.
y me vuelvo a edificar.

Mi... mírame
y vuélveme inventar.

Salió apresuradamente de ese lugar.
Pensó pronto que su misión había sido un éxito. Pensó después que había encarnado la pura maldad en su piel. No se atormentó más y caminó por las calles llenas de una muchedumbre, gente desconocida y ruido en todas sus proporciones; a veces estruendoso, a veces casi imperceptible. Nadie lo sabría o todos ya lo saben. Qué más da. Corrió a velocidades insospechadas. Desapareció.

Mudémonos a la Luna
Y después deshagámonos de la ropa.

El izquierdo... ¿o el derecho? ¿Por qué se obsesionaba por saber cual había sido el pie que sacó primero de la cama esta mañana? Mientras disfrutaba una taza de café en su sala de estar, la regadera expulsaba millones de gotas que nadie veía caer. ¿Es distracción o pura y llana inconciencia? Después del baño recordó aquél consejo que una vez le dió y una sonrisa angustiosa salió mintras marcaba su número en el Teléfono.

-Ven
-ya no estoy
-ah?
- Sucedió otra vez
-lo sabía
- Pasó, así nada más. Perdón
- esta bién. Descansa en Paz.
...

Había, cerca de la banqueta junto a su saguán, una pequeña grieta que nunca sino hasta ese entonces, había visto con tanto asombro. Era sólo una grita en el cemento que por razones sin mucha importancia estaba ahí. Así nada más. Así que no abriría su saguán hasta tener por lo menos 7 historias que pudieran ser la causa de su estar precisamente ahí. Su movil sonó antes de terminar su absurda y obsesiva labor.

-Ven
-Cómo, si me desapareciste
-Yo?
- Sucedió cuando te sucedió a tí también.
- Lo supuse.
- eso temía
- Nos pasa muy a menudo.

Lo sabía todo el mundo. Su misión cumplida: el consejo que le había dado.
Y había sido con el izquierdo pero jamás lo recordaría como tampoco nunca recuerda ahorrar agua.

- A las 8:30 en el café de siempre. ¿Está bien?
- 9:00 Necesitamos mentirnos otra vez.