Sunday, January 17, 2010

Despertando a un nuevo sueño...


¿Donde estaba y cuánto tiempo esperé aquí?
Camino, camino; ¿cómo se hace? Pienso y camino.
Entre la multitud, entre el ruido que jamás se detiene.
¿Donde estoy y a quién espero, a quién pertenecí?
Me detengo y observo. ¿En qué momento llegué hasta aquí?
Traigo mochilas y maletas cargando por todos lados. ¡Qué estupidez! ¿por qué, para qué?, me pregunto. Mejor las tiro. Me convenzo.

Tomo una, la más pequeña y la lanzo desde el puente.
Hay un río abajo, muy abajo.
Ahora observo cómo se van mis años impregnados en el contenido de esa maleta. Qué bueno, pienso.
La observo irse con una especie de diversión y nostalgia mientras me pregunto qué iba ahí. Un hombre en harapos con olor a calle y una sonrisa sin dientes me grita ¡impulsiva! y sigue su camino.
¿Qué iba ahí?
Algunas ropas: mi vestido violeta que me gustaba tanto porque me hacía sentir muñequita de maniquí y que casi nunca usé.
Los jeans con agujeros anecdotarios y dibujos por todos lados acrílico y parches un perfume olor a fruta, un reloj más ropa...
si sigo recordando el contenido de todo esto que ahora cargo puede que sólo llore amargamente. Mejor las tiro y ya.
Ahora voy con las más grandes. Son pesadas.
La gente pasa y algunos me miran con extrañeza pero no me importa, ya no. Las lanzo y als veo irse con el mismo sentimiento de diversión y nostalgia mezclándose.

Ahora que me he quedado así, sin nada
me siento ligera
lista para ser elevada por el viento que se siente helado...
¿Un río abajo de este puente? ¡qué extraño!, es demasiado alto.
¿Cómo es que llegué hasta aquí, cuanto he viajado, cuánto caminé?
Hace frío. Está helando.
¿Cómo es que llegué aquí y cuándo me convertí en esto. Donde habré perdido la eterna sonrisa?
Mi cuerpo, ahí en la orilla del puente se balancea. Cierro los ojos. Caeré como mis maletas y nos iremos lejos...
Se oye música a lo lejos

Abro los ojos. Talking heads suena en el cuarto contiguo. Una voz en el pasillo canta y la luz del sol entra por una enorme ventana a mi lado derecho. Estoy en una cama. No en la de costumbre...

2 comments:

Kazbam said...

Qué valor el tuyo para arrojar las maletas al río. Yo aún conservo las de hace dos décadas.

Esmeraldina Tzoni said...

impulsos!! no sé si es valor pero son esa clase de impulsos que hacen hacer esas cosas!
Saludos.