Ahí está, buscando comida como siempre. Luego resignada se vuelve a su plato y come lo que hay. Es un animal extraño, pienso. Come a todas horas y en sus ratos libres me busca para clavar su azules ojos en mis extraviados ojos. A veces da un par de vueltas a mi alrededor, y busca la forma de acomodarse entre mis piernas, como hoy. Así, con el viento gélido de invierno pero en otoño calando los huesos, comenzamos largas discusiones a cerca de la muerte:
-Morir
Es un arte, como cualquier otra cosa.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Lo hago por sentirlo hasta las heces.
Lo hago para sentirlo real.
Podemos decir que poseo el don.
Es fácil ejecutarlo en una celda.
Es muy fácil hacerlo y guardar la compostura.
Es teatral
-Claro!, no lo habìa pensado así. Morir es como subirse al escenario. Es como desplantarse las raices y dejar de ser... para ser de otro modo.
Fenitchca, no volvió a decir nada. Sólo posó sus enigmáticos ojos azules en mis ahora apasionados y confundidos ojos negros. "La vida es una muerte que nos lleva tiempo"
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