I need a new job

Hay música saltando y escurrié-ndose por las ventanas. Y luego salta a mi cama y se mete en mis poros; es hora de levantarse.
¡Bach!, es Bach lo que entra por estas ventanas, me inclino, bostezo... DiOOoos! y ahora ¿dónde estoy, dónde he amanecido esta vez??!!
Estoy en el cuarto rosa de una niña que no soy ni fui yo

donde todo es rosa, hay muñecas y muchos peluches por todos lados.

Ropa rosa en el ropero rosa y envolturas de dulces en el cesto de basura, rosa.
Un pequeño tocador rosa con estampas alrededor y un enorme televisor a lado de un gran estuche de crayolas y colores;

Bach sigue sonando allá afuera. Una extraña angustia comienza a moverse entre mis nervios pero no he perdido la calma...

Tal vez la memoria, pero eso no es novedad, mi memoria es como las llaves de mi casa o mi cel; se extravían con demasiada frecuencia y aparecen de pronto en cualquier parte...

Volteo hacia aquella ventana por donde se filtra aquél hermoso sonido, camino hacia ella, corro las cortinas rosas y no hay más que edificios, a un lado una ventana en lo alto con una maceta saludando al sol. Abro la ventana para escuchar mejor ese concierto para Violin y Oboe. Va a llover, pienso mientras en la misma ventana de la que sale la música sale también un brazo sosteniendo un cigarro... y una minúscula hormiguita se ha subido a mi brazo, la hormiga y el humo del vecino suben al ritmo del oboe. Parecen felices.

Un trueno en el cielo, las nubes desplazandose, el violín rematando, el oboe exalando suavemente sus últimas notas. Pronto dejará de sonar Bach y lloverá y recordaré por qué me encuentro aquí y a dónde se me ha olvidado ir esta mañana...

Soy niñera

¿soy niñeraaa?

...

No obstante, aquí estamos
Las hormigas, las nubes, la musiquita. Mi humanidad, maldita sea, mi tan mundana humanidad y un demonio orquestando los instrumentos anìmicos de mi vida.