Esmeraldina sin ojos cargaba pocos y difusos años en la bolsa de su vestido. Sacó uno, lo partió a la mitad y de ahí tomó un (laberíntico)Jardín, lo sacudió y años más tarde se sentó a contemplarlo. Este lugar es ese Jardín.
La azotea, genial.
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La azotea, genial.
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