Un zeppelin atraviesa el cielo de la forma más lenta y cautelosa que parece decirme: "brinca y súbete".
No. No tengo fuerzas para brincar tan alto; me quedaré aquí a obserbarte hasta que desaparezcas.
Pinche Zeppelin. Han pasado horas, días, meses, ¿años?; y sigue flotando entre la inmensidad del cielo. No me he cansado de mirarlo y las ganas de abordarlo crecen. Ok Ok abajo también hay cosas lindas... Las hormigas, sus migajas, las formas extrañas de los granitos de arena, ¿pensaban que todos eran redondos?, á-a; tienen formas de todo tipo, son como las nubes... nubes en la inmensidad del cielo. Cielo... su inmensidad y un Zeppelin en él... ahh! el Zeppelin otra vez.
Mi corazón late más rápido de lo normal: Tum tum tum tum tum-tum-tumtutmtumtumtum ¡! ¡See vaa aa saaliiiiiiir!!
De un salto mi cabeza se inclina al frente y asustada volteo a mi alrededor. ¡En la madre! pienso, algunos compañeros de clase me voltean a ver, otros también duermen. El hombre al frente, medio sonrie y sigue vociferando cosas, arte, lenguaje, semiótica, historia aburrido, aburrido, aburrido bla bla bla bla...
Salgo del salón, respiro aire fresco, miro al cielo. Estoy dispuesta a brincar. Ojalá que se aparezca un Zeppelin y me rescate.
No comments:
Post a Comment